Citas célebres

"Desde que cogí tu libro hasta que lo dejé me desternillé de risa. Pienso leérmelo algún día." Groucho Marx.

viernes, 19 de julio de 2013

Dexter en la oscuridad - Jeff Lindsay

Tercera novela de la saga sobre el famoso asesino en serie, seguramente más popular por su versión televisiva. Las dos entregas anteriores son espectacularmente buenas, y no esperaba menos de esta. Y la verdad es que me ha defraudado un poco, sí, pero sigue siendo un buen libro, con el espíritu de los anteriores y un Dexter igual de increíble que siempre.

La novela empieza como estamos acostumbrados: Dexter se va de caza. Desde el principio disfrutamos del Divertido Dicharachero Dexter, que es una de las cosas que hace que el personaje (y las novelas) sean tan buenas. Pero Dexter no es tan inteligente como cree, y termina envuelto en un embrollo digno de la imaginación de Dan Brown.

La serie de asesinatos que ocurren son geniales: interesantes, extraños... Sin embargo, el autor de los crímenes y todo lo que trae consigo no es, para nada, entretenido. Y le dedican gran parte de la novela, por lo que pierde mucho interés hacia la segunda mitad.

Spoilers a partir de aquí.

Nada más empezar ya vemos que, en el mundo de Dexter existe un Dios, pero no el Dios clásico. Este es ignorante, aprende, y no es omnipotente u omnipresente. Simplemente se aburre y "entra" en nosotros para convertirnos en monstruos asesinos y así entretenerse. Y desde aquí el autor crea un lío enorme sobre los "oscuros pasajeros", de dónde vienen, cómo actúan, por qué te entran, por qué se van, cómo puedes verlos en otra gente... Y sinceramente, no solo no me parece necesario saberlo (era perfectamente feliz sin saber qué era el Pasajero), sino que suena muy forzado e inverosímil.


Tampoco me convence mucho la trama con Astor y Cody, los hijos de Rita. A veces parece que intenta llevarlo al extremo y echa mucho para atrás. Astor habla como un adulto (no como una niña lista y madura, sino alguien que le dobla la edad) y queda muy poco natural. Además, se hace pesadísimo que todas sus apariciones sean para decir "Queremos matar". ¡Sí, lo hemos entendido a la primera! ¡Callad un rato y dejad de tocar las narices!

Por otro lado, la ausencia del Pasajero nos muestra a un Dexter algo más humano, lo cual da pie a situaciones curiosas y divertidas. Ha estado bien ver a un Dexter vulnerable, sin ayuda "interna" para resolver el caso, teniendo que sufrir el enfado y la duda.

Y sobre todo, me ha gustado el final. Lindsay podría haber dejado al protagonista sin Pasajero, intentando seguir adelante siendo un pobre humano sin talento para descuartizar personas y convirtiéndose en un padre de familia... familia asesina en 3/4 de los miembros. Pero al final el acompañante oscuro vuelve, y es un gran alivio. Porque, seamos sinceros, Dexter solo hay uno, y es el que tiene una sombra en su interior.

En resumen, la novela sigue el mismo estilo que sus predecesoras, pero con un pequeño cambio en la trama. Aun así, sigue siendo aceptable y es entretenida.

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