Puede que una de las obras más conocidas de la Antigua Grecia, casi todos conocemos la historia de Edipo; ha pasado a la cultura popular, sobre todo por el complejo del mismo nombre. Es una tragedia corta, con una historia genial, pero con un lenguaje que no permite que la lectura sea demasiado fluída.
Comenzamos en Tebas, ciudad de la que Edipo es rey y la cual está siendo desolada por la peste. Su cuñado Creonte viene del oráculo de Delfos y dice que la única solución para la ciudad es encontrar al asesino del anterior rey, Layo, y ejecutarle o desterrarle.
Aquí empieza la historia a cobrar interés. Edipo está decidido a encontrar al asesino y salvar a Tebas, por lo que empiezan a llamar a diversas personas. Primero Tiresias, el ciego adivino, que advierte a Edipo de que no debería seguir investigando el caso y al final dice que fue Edipo el culpable. Pero sin creérselo, sigue buscando al asesino.
Cada testigo que declara, más claro queda que hay alguna relación entre Edipo y el caso. Hasta que descubrimos por fin que Edipo cumplió la profecía que se dijo sobre él antes de nacer. Esta parte es verdaderamente genial, las consecuencias de saber la verdad sobre lo que ha pasado y el sufrimiento, físico y moral, de los personajes.
El único contra es el estilo de Sófocles. Puede que sea por no estar acostumbrada a leer obras griegas, pero me pareció demasiado recargado. Las conversaciones se alargan mucho porque los personajes hacen comentarios a veces innecesarios. Pueden estar 2 páginas discutiendo sobre si uno de los testigos debería hablar o no, y cuando por fin cuenta su relato, Edipo le interrumpe cada poco para comentar. De todas formas, al ser tan corto, no tiene demasiada importancia porque se lee bastante rápido.
Así que en resumen, tiene una historia muy interesante, pero quizá no sea el mejor libro para quien quiera algo fácil de leer.
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