Bianca es una "casi vampira". ¿Y eso? Pues porque en este mundo hay vampiros, y en algunas raras ocasiones 2 vampiros pueden tener un hijo. Y ahora se han mudado a la Academia Medianoche, donde hasta la mitad del libro no nos enteramos de que es una academia de vampiros donde hay también unos pocos estudiantes humanos. Hasta aquí, bien. La verdad es que se llega a hacer un poco lento, pero al conocer a Lucas bien pronto y que Bianca y él empiecen a salir casi seguido, pues se hace más llevadero.
Aunque lo bueno no empieza hasta que Lucas "descubre" que Bianca es un vampiro. A partir de aquí la cosa se vuelve interesante. El romance pasa más allá de dar paseítos agarrados de la mano y la autora deja de dar la murga con las clases, que sinceramente, me importan bien poco.
Luego, descubren que Lucas es de la Cruz Negra, un grupo cazavampiros. Y a partir de aquí atrapa y se pone mucho más interesante. La huída en plan Romeo y Julieta me gusta mucho (es de lo poco que recordaba). Y el final no es gran cosa, pero promete.
Lo bueno: me gusta Lucas, y también me gusta Balthazar, "el otro chico", aunque está claro que soy "Team Lucas foreva". Además estos vampiros no me disgustan demasiado. No son empalagosos, pero tampoco son unos asesinos-mortales-super-malo-malotes. Una especie de término medio.
Lo malo: hasta muy avanzado el libro se hace un poco lento. Además, la autora dedica mucho tiempo a hablar de las clases del instituto, de los otros alumnos (pero a la vez son más planos que una tortilla francesa) y sobre todo, de los padres de Bianca. ¿Qué manía tienen algunas escritoras con dar la tabarra con los padres de la protagonista? Cuando estoy leyendo un romance paranormal adolescente, lo último sobre lo que quiero leer es sobre los padres de los protas. ¡Más moteles baratos y menos padres!
Así que en general le doy un aprobado y lo recomiendo solo para los que les guste mucho mucho este tipo de lectura facilona. Espero que la segunda parte mejore.
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